PPK ha perdido toda credibilidad, la carencia de integridad hace imposible el poder gobernar, Pedro Pablo no está en condición de Lázaro quien fue resucitado, nuestro presidente es un verdadero cadáver político y su gabinete de la reconciliación nace en condiciones de un neumático reventado.
Observo en Kenji Fujimori un hijo que ha luchado por su padre, ello es encomiable, me merece el mayor de mis respetos, a pesar de que su intervención cambió el destino echado de un presidente que debió a todas luces ser vacado.
La tibieza no es la herramienta primera, la tibieza solo causa nauseas, solo queda ser frío o caliente, marcar una línea y optar por un color sea blanco o negro, no existen matices, la moral es solo una, no existen dos morales, es por ello que el Perú se encuentra consternado ante la doble moral y la amoralidad conspicua de todos los involucrados.
El Perú no aguanta tres años y medio con un cadáver como presidente, un acto de contrición por parte del primer mandatario es a la fecha insuficiente, la credibilidad ha sido perdida por la gran mayoría de peruanos, donde los hilos del poder han jugado al fujimorismo y al anti fujimorismo, cuando en realidad hay asuntos que van más allá de dichas posiciones antagónicas.
El Perú y su economía corren el riesgo de ser descarrilados en forma directa, estamos ante un nuevo lustro perdido y ante la perfidia de un presidente que debe dar un paso al costado por amor a la patria, pues a la luz de los hechos su fiabilidad e integridad ha quedado totalmente mellada, cuanto antes pasemos la página sera mejor, cuanto más se aferre al poder, el Perú seguirá sangrando en un escenario de enfrentamiento, donde debe primar el desarrollo del pueblo peruano.
Los peruanos decentes y honrados estamos cansados de que nuestra democracia sea la prostituta de turno, donde se han abierto heridas de una pretendida reconciliación que distrae del objetivo primero, el desarrollo de nuestra nación, sin desarrollo no habrá reconciliación alguna posible.
Saquen ustedes mis queridos lectores sus propias conclusiones, hasta la próxima.